El jamón es un alimento indispensable en cualquier casa. Y lo es no solo por ser un producto delicioso y con grandes virtudes alimenticias, sino porque es un salvavidas a la hora de hacer cualquier comida.
Tener jamón en casa puede resolvernos un desayuno, un almuerzo, una comida, una merienda o una cena. Es un alimento que sienta bien en cualquier momento del día y que se puede comer tanto en “crudo” (y entrecomillamos crudo porque es un producto curado) como cocinado como ingrediente de infinidad de platos. Vamos, que es uno de esos ases en la manga que siempre debemos tener en nuestras cocinas.
Viniendo de familia de jamoneros, no tengo un momento preciso al que asociar el hecho de comer jamón, la verdad. Recuerdo con cariño deliciosos bocadillos de jamón con pan con tomate en las meriendas, pero también esas cenas fast food de nuestra época que eran una simples magras con tomate. Recuerdo también pedirlo como aperitivo en los restaurantes, degustándolo mientras leíamos la carta o esas comidas de verano de melón con jamón.
Sin embargo, y según un estudio realizado por empresa GFK para evaluar el impacto de la campaña publicitaria financiada por la UE para promocionar el jamón de Teruel DOP, la preferencia de consumo de jamón curado en nuestro país se centra en la cena.
Un comodín para las cenas
Como decimos, en España comemos jamón a cualquier hora, pero parece que hay preferencia por hacerlo a la hora de la cena.
Según el informe de GFK, obtenido de una encuesta realizada a población de entre 35 y 45 años de toda España, el 63% de los encuestados afirma comerlo mayormente por la noche, siendo además el momento del día en qué mayor cantidad de producto se consume (un 46,3%). La merienda y el desayuno compiten por el segundo y tercer puesto de manera muy ajustada (39,9 y 39,3% respectivamente), siendo la comida el momento del día con menor consumo (un 27,9% de la población afirma hacerlo).
Si miramos este consumo por sectores, son las mujeres de entre 35 y 44 años, de clase media y media-alta, las que más elijen el jamón para las cenas, Sin embargo, los hombres de 45 a 55 años y de clase media-baja, optan por el jamón preferentemente a la hora de la merienda. Según el sesgo por edad, género y clase social, el resto del día es muy parejo a la hora de consumir jamón.
Si nos basamos en el ámbito geográfico, destacan los habitantes de la zona centro como los que más eligen el jamón a la hora de la cena, siendo los del Norte los que menos los que menos lo consumen a esa hora, reservándolo para la merienda.
En el Sur, aunque el momento de mayor consumo sigue siendo la cena, parece que se desayuna mucho con jamón, duplicando los datos de la zona Noroeste y Norte de la península. Y es que no hay mejor forma de comenzar el día que con una buena tostada de pan, un buen aceite de oliva virgen extra y un estupendo jamón… Energía y felicidad a raudales desde los primeros rayos de sol.
Como hemos dicho, la cena no es solo el momento elegido por parte de la mayoría para comer jamón, sino que es también el de mayor cantidad de consumo. Una de las ventajas del jamón (además de que como más se disfruta es recién cortadito, sin necesidad de cocinarlo y de manchar la cocina) es que se digiere muy fácilmente. El propio proceso de elaboración, durante el cual las proteínas se degradan por la acción de las propias enzimas del músculo, hace que el jamón no sea solo fácil de masticar, sino muy fácil de digerir. ¿Y quién no quiere acostarse sin tener que haberse dado una paliza en la cocina, con el estómago lleno, el paladar contento y con una digestión fácil?
Lo dicho, aunque el jamón entra bien a cualquier hora y momento del día, parece que en España lo tenemos claro: el jamón es la cena perfecta.
