La importancia del aceite de oliva en nuestra dieta

Comer es sin duda uno de los grandes placeres de la vida. Pero no podemos olvidar que se trata de algo más que disfrutar; comer es alimentarse. Afortunadamente, existen muchos productos que, además de proporcionarnos los nutrientes que necesitamos, satisfacen sin duda nuestro gusto por el comer, muchos de ellos propios de nuestra rica y variada dieta mediterránea.

Os hemos hablado en más de una ocasión sobre los beneficios nutricionales del jamón; sobre su aporte de proteínas, minerales y vitaminas, pero también sobre los ácidos grasos monoinsaturados que poseen. Uno de ellos, el ácido oleico, debe su nombre precisamente al alimento en el que se aisló por primera vez: el aceite de oliva. Y es precisamente de este aceite, de nuestro oro líquido, de lo que os queremos hablar en la entrada de esta semana. Un alimento que, además de sano, tiene un sabor único, tanto por sí solo, como acompañando numerosos platos.

Medicina en nuestra despensa

Son numerosos los beneficios del aceite de oliva en nuestra salud. Entre el 60 y el 80% de su composición es ácido oleico, dependiendo de la variedad de aceituna de la que proceda. Se trata de una grasa monoinsaturada del grupo Omega 9 que ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares, ya que aumenta la vasodilatación, mejorando la circulación y controlando la presión arterial. Además, el aceite de oliva ayuda a reducir los niveles del denominado colesterol malo (LDL) y a aumentar los del bueno (HDL), un colesterol de origen hereditario que, además de con el aceite, solo podemos subir practicando deporte.

El aceite de oliva tiene también un efecto anticoagulante, actuando como protector contras las trombosis desencadenantes de los infartos de miocardio. Pero también cabe destacar los efectos antioxidantes de los aceites de oliva virgen y virgen extra, muy ricos en polifenoles. Y es que no podemos olvidar que la mayoría de las enfermedades degenerativas tienen como origen la oxidación de nuestras células.

Hablamos además de un alimento que favorece la función digestiva, reduciendo la secreción ácida gástrica y ayudando a combatir el estreñimiento gracias a su suave efecto laxante.

En resumen, estamos ante uno de los alimentos más sanos que se conocen. Si además vemos su versatilidad en la cocina, no nos puede extrañar que se hable de puro oro líquido.

Cuándo y cómo consumirlo

A cualquier hora y de cualquier manera sería una respuesta fácil y acertada a esta pregunta. Pero lo cierto es que la mejor manera de tomar el aceite de oliva es en crudo, ya que de esta forma, el aceite conserva intactas todas sus cualidades. Sobre todo el aceite de oliva virgen y el virgen extra, ya que además de su rica composición en ácido oleico, presentan numerosos polifenoles que nos actúan como antioxidantes.

Sobre una tostada de pan, como aliño de una ensalada o regando un buen plato de verdura, son formas fantásticas de disfrutar del aceite crudo.

Entonces, ¿no lo uso para cocinar? Pues claro que sí. El aceite de oliva tiene también unas cualidades óptimas para cocinar otros alimentos, ya que aguanta mejor la temperatura que otros aceites, por lo que es más difícil que se queme y desprenda sustancias tóxicas. Tanto para hacer una salsa de tomate frito como para freír unas patatas, el aceite de oliva es un ingrediente sabroso y sano. Sea como fuere, es más que recomendable consumir unas cuatro cucharadas de aceite de oliva al día.

Aceites del Bajo Aragón

Por todas estas razones decidimos ofrecer en nuestra tienda online una selección de aceites del Bajo Aragón. Se trata de una zona de elaboración tradicional en nuestra comunidad en la que se cultivan y trabajan, principalmente, aceites de las variedades arbequina y empeltre, una aceituna autóctona. Dos aceites peculiares distintos a las variedades más cultivadas y consumidas en España como son la hojiblanca y la picual.

El aceite de arbequina tiene notas afrutadas, dulces y cítricas. En él no encontramos ni rastro del picor o el amargor de las variedades andaluzas. El de empeltre, es un aceite suave y delicado, con un agradable aroma a fruta y un toque almendrado.

Os recomendamos probar la arbequina para ensaladas y verduras, y el empeltre para pescados, guisos y salsas. Eso sí, cualquiera de los dos es perfecto sobre un trocito de pan acompañando una loncha de jamón.

Roberto Gómez Moreda

Licenciado en Periodismo, trabajo como encargado de producción junto a mis hermanas en el secadero de jamones que fundaron mi padre y mi abuelo, sin perder la pasión que me llevó a estudiar Ciencias de la Información.

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